Ha pasado más de un siglo desde la aparición de los primeros prototipos de vehículos aéreos no tripulados (VANT o UAV), conocidos hoy como drones. Concebidos como herramientas de uso militar, han evolucionado hasta convertirse en un dispositivo con multitud de aplicaciones en diversos sectores, tanto lúdicos como profesionales: desde la agricultura, la minería y otros campos de la ingeniería hasta el transporte de mercancías, la protección civil o la industria audiovisual. Las posibilidades que ofrece un dron lo convierte en uno de los dispositivos tecnológicos más revolucionarios y versátiles desde el punto de vista empresarial.
Una de las características clave que permite esta funcionalidad es la capacidad de los drones de comunicarse tanto entre sí como con fuentes externas, como pueden ser dispositivos de control o estaciones terrestres. Para lograr esa comunicación, los drones se han servido de sistemas de radiofrecuencia y redes inalámbricas como Wi-Fi o Bluetooth combinadas con sistemas de posicionamiento como GPS. Sin embargo, la aplicación de un nuevo estándar de comunicación, C-V2X, supondrá la integración completa del dron con el entorno de la Smart City.
El estándar V2X
La tecnología de comunicación inalámbrica V2X (vehicle to everything), integrada en los coches conectados y autónomos, es el protocolo que permite que los vehículos intercambien información con otros vehículos y con su entorno. La comunicación V2X se vale de dos tecnologías principales: por un lado, las comunicaciones especializadas de corto alcance (DSRC), que utilizan ondas de radio en un espectro de frecuencia específico para proporcionar una comunicación de corto alcance. Por otro lado, la tecnología C-V2X (cellular V2X), que aprovecha la infraestructura de redes móviles existente para habilitar estas comunicaciones.
El uso de la red celular ofrece una mayor flexibilidad respecto a la cobertura y la capacidad de red, lo que aumenta significativamente sus posibilidades. La aplicación de C-V2X en la comunicación entre drones supone una importante mejora en la seguridad, la eficiencia y la capacidad de estos dispositivos, permitiéndoles reaccionar de manera inteligente y rápida a las condiciones y elementos del entorno.
El 5G, solución clave para el estándar C-V2X
Con el Release 14 3GPP (4G LTE) se introdujeron por primera vez las especificaciones de la comunicación C-V2X, conocida entonces como LTE-CV2X y utilizada como alternativa a las DSRC. Sin embargo, es la llegada del 5G lo que facilitará enormemente la utilización de drones y su conectividad.
Son varias las razones por las que el 5G se posiciona como la tecnología de comunicación de referencia en el uso de drones. En primer lugar, su baja latencia, de hasta 1 ms, permite una comunicación prácticamente en tiempo real, algo crucial en operaciones que requieren respuestas rápidas y precisas. Asimismo, su gran ancho de banda, con velocidades que pueden llegar hasta los 10 Gbps, ofrece la posibilidad de procesar los datos que recoge el dron de forma casi inmediata.
El 5G también supone un enorme salto cuantitativo respecto a la densidad, ya que permite conectar hasta un millón de terminales por kilómetro cuadrado. Esto, esencial para la proliferación de C-V2X, consigue que los drones puedan operar en flotas. El servicio de localización 5G, por su parte, se plantea como un sistema de posicionamiento secundario que pueda suplir o contrastar la posición calculada con el sistema global de navegación por satélite (GNSS) del dron, lo que resulta fundamental para operar en entornos complejos.
Otras características del 5G, como la eficiencia energética, la capacidad de extender la conectividad en áreas remotas o la mejora en la seguridad, también se aprovecharán para optimizar la comunicación entre drones y su funcionamiento.
Aunque aún queda camino por recorrer, especialmente en términos legislativos, es indudable que la combinación de C-V2X y 5G promete revolucionar este sector y abre la puerta al tráfico fluido y controlado de drones en entornos urbanos inteligentes.
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