Cuando en 2004 los investigadores Konstantin Novoselov y Andre Geim descubrieron el grafeno, abrieron un mundo de posibilidades. Y aunque todavía se están desarrollando sus aplicaciones tecnológicas, la ciencia y la industria presentan un consenso notable sobre este carbono por la capacidad que muestra para revolucionar las telecomunicaciones en un futuro no muy lejano. Su gran abundancia en la naturaleza le hace más atractivo aún.
Características del grafeno
El grafeno es un material nanométrico bidimensional formado por carbono puro con átomos que siguen un patrón regular hexagonal muy parecido al grafito, pero con la ventaja de que es muy ligero: una lámina de un metro pesa 0,77 miligramos.
Otra de las características que le convierten en un material único es su resistencia, la mayor de la naturaleza. El grafeno es más fuerte que el acero estructural con su mismo espesor. Es incluso más robusto que el diamante a pesar de tener un grosor mucho menor.
Su elasticidad y flexibilidad le confieren múltiples aplicaciones, así como su conectividad térmica y eléctrica, que habilita al grafeno para disipar el calor y ser capaz de soportar intensas corrientes eléctricas sin calentarse, puesto que puede autoenfriarse. También se le han detectado propiedades mecánicas, electrónicas, magnéticas, químicas y ópticas.
Es transparente y soporta la radiación ionizante, al tiempo que permite una reacción química con otros materiales, lo que le otorga la posibilidad de producir compuestos con diferentes propiedades.
Cómo extraer el grafeno
La explotación de este material está aún en desarrollo puesto que se está investigando cómo extraerlo de la naturaleza con la máxima calidad posible. Hay que tener en cuenta que el método habitual, deshojando el grafito con cinta adhesiva, posibilita que se obtenga un grafeno de alta calidad, pero en cantidades muy reducidas algo que complica su aplicación industrial.
Su comercialización en la actualidad se circunscribe a dos posibilidades:
Lámina: este grafeno es de alta calidad y su uso está enfocado a la electrónica y a la aeronáutica, ya que se requieren materiales altamente resistentes. La desventaja es que su producción aún es muy costosa.
Polvo: es de menor calidad, con lo que se destina a usos que no requieren tanta eficiencia. Su producción es más barata y, por tanto, en mayores cantidades, por lo que se prevé utilizar con más facilidad, aunque perdiendo parte de sus propiedades.
El futuro del grafeno
La capacidad de adaptación a múltiples circunstancias y usos permite que el grafeno sea ya considerado el material con más posibilidades de la naturaleza. Es por ello que se va a convertir en el sustituto ideal del silicio. Se espera que su utilización se multiplique en los próximos años.
Tecnología: su uso en este ámbito permitirá crear ordenadores con más velocidad y menor consumo eléctrico, además de generar chips y circuitos de este material con más eficiencia. Pantallas flexibles y plegables serán muy habituales en los móviles con la utilización del grafeno de forma más habitual.
Baterías: este material podrá sustituir perfectamente al litio para crear baterías que multipliquen por diez la capacidad de las actuales, ya sea para dispositivos móviles o vehículos eléctricos. Y, además, con carga ultrarrápida, facilitando así su utilización.
Internet más veloz: la utilización del grafeno en nanocircuitos mejorará la calidad y la velocidad de todo tipo de conexiones, incluidas las inalámbricas. Se está investigando ya la posibilidad incluso de que sustituya a la fibra, con la consiguiente revolución para las telecomunicaciones, que darán un salto cualitativo con el incremento de la conectividad de máxima eficiencia.
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