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Cómo mejorar la eficiencia energética gracias al IoT

El internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es una red que incorpora sensores, software y otras tecnologías para conectar e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas gracias a internet dentro de una empresa, una institución o una vivienda.

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Esta tecnología ya está presente en multitud de instalaciones tanto públicas como privadas y está logrando una continua innovación en diferentes procesos y usos que suponen una serie de ventajas para todas las personas implicadas, desde los productores hasta los clientes, pasando por la sociedad en general. En el campo de la industria también se han logrado ya importantes beneficios para lograr una mayor eficiencia energética en todos sus ámbitos.


Ahorro energético


Lograr una mayor eficiencia energética se consigue con un ahorro estudiado en diferentes áreas gracias a un consumo sostenible. Y todo ello se puede materializar con la utilización del IoT, ya que son precisamente la transformación digital y la hiperconectividad las responsables del incremento de la necesidad de más recursos.


Una de las fórmulas para lograr una mayor eficiencia ahorrando en el consumo es la utilización de sensores y dispositivos IoT en las redes inteligentes, con los que poder controlar, identificar y prevenir las pérdidas de energía e implementar una optimización de la distribución, minimizando así los sobrantes.


Estos sistemas interconectados se pueden aplicar a fábricas y entornos concretos y cerrados, pero también en las Smart City, con sistemas digitalizados que amplían la capacidad sostenible de todos los sistemas tanto públicos como privados.


La utilización del internet de las cosas tiene su aplicación también en las viviendas, puesto que los dispositivos pueden recabar información en tiempo real sobre el consumo de electricidad y así saber en qué puntos y cómo lograr una eficiencia energética después de analizar las tendencias y usos habituales.


Gestión energética


Los sistemas del IoT también se pueden utilizar para realizar auditorías energéticas con las que evaluar la gestión que actualmente se hace en esta materia. De esta forma, la realización de estudios y replanteos iniciales de todas las redes sirven para dimensionar los ahorros gracias al análisis exhaustivo de los datos que se recojan en las instalaciones, además de la implementación de medidas de ahorro y eficiencia.


El internet de las cosas da la posibilidad de realizar una gestión energética en remoto, gracias a la instalación de dispositivos que verifican el perfecto funcionamiento de todas las redes eléctricas, así como del conjunto de la actividad, que pueden ser gestionados desde cualquier ubicación y tomar decisiones en tiempo real.


Otro aspecto a tener en cuenta es que se puede verificar el ahorro comprometido mediante continuos análisis en el momento, comprobando así que se cumple lo establecido anteriormente y se puede corregir las desviaciones o errores que se detecten.


Uso del agua


La utilización de la tecnología IoT también tiene un componente importante en la eficiencia energética gracias a un uso racional del agua, más si cabe en un mundo globalizado en el que el acceso a este bien es cada vez más limitado.


Los sensores que se emplean en diferentes sistemas energéticos se utilizan para recoger datos en tiempo real del uso de agua y así poder tomar decisiones para establecer estrategias sostenibles y reducir el consumo en industrias, espacios públicos e incluso viviendas.


La información sobre la humedad del suelo, el clima, los índices medioambientales y de contaminación o las previsiones de lluvia es vital para decidir qué materiales utilizar en una vivienda o fábrica con el objetivo de reducir el consumo del agua así como para mejorar el rendimiento en materia agrícola con su uso racional y eficiente.

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